Los motivos detrás del brutal asesinato del residente de Morón siguen siendo un misterio, a pesar de que el incidente fue capturado por las cámaras de seguridad del área.

Un joven colorista fue asesinado, tras una fuerte discusión entre empleados de una reconocida peluquería de Recoleta. La víctima de 33 años, identificada como Germán Medina fue fusilado de un tiro en la cabeza, matándolo en el instante.

El asesinato ocurrió el miércoles por la noche, en el interior del local de la calle Berruti al 3000. La famosa peluquería se encuentra en propiedad del coiffeur Facundo Verdini, oriundo de Hurlingham.

El atroz suceso quedó captado por las cámaras de seguridad del establecimiento estético, donde se puede ver que al menos había cinco empleados en su interior. De repente, Abel Guzmán (42) se suma a la reunión empezando una discusión con los presentes, y continúa extrayendo un arma de su cintura.

Tras reducir a los presentes, el asesino continua recriminándoles, gatilla contra Medina, que se encontraba sentado detrás de unos espejos del comercio y huye del lugar. Las fuentes policiales confirmaron que el delincuente tiene domicilio en la localidad de Merlo y todavía se encuentra prófugo.

Por otro lado, se comunicó que desde el Juzgado Nacional en lo Criminal y Correccional Nº 48, a cargo del juez Javier Sánchez Sarmiento, ya emitió la correspondiente orden de captura nacional e internacional.

POSIBLES HIPOTESIS DEL CRIMEN

Tras lo sucedido, Cristian Benítez, abogado de la peluquería Verdini, indicó que el detonante del asesinato “pudo ser un tema de egos”“Facundo (Verdini) me dijo que la víctima estaba contando una fiesta a la que había concurrido. No era una reunión de trabajo sino una situación de tratar de pasar el tiempo hasta poder retirarse”, sostuvo.

Además, el abogado explicó que los empleados habían terminado con la jornada laboral y estaban charlando antes de cerrar el local. “Se juntaron para distenderse y después cerrar el local. Por lo que se ve en las imágenes, entiendo que había algún tipo de encono entre ellos y utilizó ese momento para descargar la ira. Otra explicación no le encontramos, agregó.

Benítez reveló que el dueño de la peluquería se encontraba, lógicamente, “muy consternado” luego del hecho. “Cuando me llama y me cuenta la situación me acerco al lugar desde Hurlingham y en principio me lo cuenta como no entendiendo la situación. Cuando estoy llegando es como que cae”, dijo el abogado. “Ni sabían que podía portar un arma”, manifestó, y remarcó que el resto de las personas que se encontraba en la escena “eran espectadores circunstanciales”.